11/3/2025
La mayordomía en las iglesias pequeñas no tiene por qué ser difícil
por Robyn Davis Sekula
Maggie Harmon comenzó su taller en Stewardship Kaleidoscope con un objetivo sencillo: guiar a los participantes en la creación de un plan de administración.
Pero la conversación pronto se convirtió en algo más. El público aportó sus propias ideas, preguntas e historias, hasta el punto de que el taller se convirtió en una exploración compartida de lo que realmente significa la mayordomía en la vida de la congregación. Y Harmon, anciano gobernante de la Primera Iglesia Presbiteriana de Oakland (California), estaba encantado de que así fuera.
“Lo más importante que quiero que os llevéis”, dijo Harmon al grupo, “es que no tiene por qué ser tan difícil, y no tiene por qué ser perfecto”.”
Redefinir la administración
Harmon recordó a los participantes que muchas personas asocian inmediatamente la corresponsabilidad con el dinero. “Cuando dices que vamos a hablar de corresponsabilidad, se agarran la cartera”, dijo sonriendo. “Piensan que vas a por su dinero”.”
Pero las Escrituras pintan un cuadro más amplio. Basándose en Génesis 2:15, señaló que la mayordomía consiste en cuidar, atender y ayudar a que algo crezca.
“Generosidad y ofrenda no son lo mismo”, añadió. “La generosidad es la disposición a dar más de lo que se espera. Una ofrenda es un sacrificio ofrecido ceremonialmente como parte del culto. ¿Y si pidiéramos a la gente que se tomara un momento, respirara y pensara en lo que le pedimos que haga? ¿Qué es el ritual que lo rodea, no el hábito?”.”
Sabiduría práctica para pequeñas congregaciones
Harmon habló desde la perspectiva de una iglesia pequeña. La Primera Presbiteriana de Oakland cuenta con una media de 60 fieles. La mayoría de las iglesias del PC(USA) tienen menos de 100 miembros, señaló, y la mayoría de los equipos de mayordomía están formados por una o dos personas. Esto hace que la planificación sea fundamental y factible.
Para las campañas de promesas, Harmon aconsejó a las congregaciones que se dieran de dos a tres meses de preparación y mantuvieran la campaña activa entre cuatro y seis semanas. “Más tiempo y la gente se cansa. Si es más corta, se corre el riesgo de perder gente”, dijo.
La elección de un tema arraigado en las Escrituras, la redacción de cartas claras y el establecimiento de objetivos específicos ayudan a las congregaciones a centrar sus esfuerzos.
“La historia convincente no es ‘la compañía eléctrica nos ha subido las tarifas’”, recalcó Harmon. “El mensaje es que queremos crear un espacio de culto acogedor en el que todos se sientan cómodos”.”
Cartas que inspiran, no que abruman
Harmon guió a los participantes a través de la anatomía de una carta de administración eficaz:
- Comience con las Escrituras. Fundamenta el llamamiento en la Palabra de Dios.
- Celebre los logros. Destaque de tres a cinco formas en que las donaciones de la congregación marcaron la diferencia el año pasado.
- Tener una visión. Nombra dos o tres aspiraciones para el próximo año, con las Escrituras como guía.
- Sea específico en la petición. No rehúyas invitar a la gente a que aporte su tiempo, talento y tesoro.
- Da las gracias. Repite la petición y cierra siempre con gratitud.
“Elige entre tres y cinco puntos destacados”, dice Harmon. “Querrás enumerar 20, pero no lo hagas. Sé claro y sencillo”.”
Corresponsabilidad todo el año
Más allá de las campañas anuales, Harmon animó a las congregaciones a integrar la corresponsabilidad en la comunicación durante todo el año. Notas mensuales o quincenales en boletines y circulares, reflexiones sobre la generosidad, actualizaciones sobre objetivos ministeriales y recordatorios sobre donaciones de legados mantienen viva la conversación.
“Lo que me gusta hacer es sentarme y planificarlo todo de una vez, para conocer el ritmo del año”, dijo Harmon. “La corresponsabilidad no es una estación. Forma parte de cómo vivimos como pueblo de Dios”.”
El taller estuvo repleto de diálogos comprometidos: un pastor preguntó cómo manejar a los "snowbirds" que dividen su tiempo entre dos iglesias, otro líder compartió cómo su planificación de la mayordomía comenzó meses antes de que llegara su nuevo pastor, y otro citó Habacuc 3:17-18 como texto para una campaña en tiempos inciertos.
La energía que se respiraba en la sala reflejaba el mensaje central de Harmon: la corresponsabilidad no consiste simplemente en cuadrar un presupuesto, sino en cimentar la vida de una congregación en la fe, la generosidad y la confianza en la provisión de Dios.