5/8/2025
Bendición del Rev. Dr. Andy Kort
por el Rev. Dr. Andy Kort

La congregación a la que sirvo se ha aferrado al versículo bíblico Miqueas 6:8. Lo tenemos en una vidriera, forma parte de nuestra declaración de misión, nos gusta decirlo en el culto, las palabras cuelgan de la pared del santuario para que, al salir del culto, nos lo recuerden. Lo tenemos en una vidriera, forma parte de la declaración de nuestra misión, nos gusta recitarlo en el culto, las palabras cuelgan de una pared del santuario para que, cuando salgamos del culto, nos lo recuerden. Si necesita un recordatorio, dice: Él te ha dicho, oh mortal, lo que es bueno, y ¿qué pide el Señor de ti sino que hagas justicia, ames la bondad y camines humildemente con tu Dios? A menudo tomamos estas palabras como nuestra directriz, y lo son. No sólo debemos recordar lo que es bueno, sino también hacer justicia, amar la bondad y caminar humildemente con nuestro Dios.
Sin embargo, también me pregunto cómo sería si nosotros fuéramos los destinatarios de estas palabras que se avivan. ¿Y si fuéramos tratados con justicia en todas las cosas? ¿Y si alguien nos mostrara amabilidad? Si alguna vez te han maltratado o te han mostrado un comportamiento grosero, quizá sepas a qué me refiero. Muchas veces, estas importantes palabras de Miqueas nos llaman y nos inspiran a realizar un trabajo bueno y fiel en el mundo. ¡Qué maravilla! Pero a veces estas mismas personas, aunque se apresuran a hacer el bien, son muy lentas a la hora de acoger la ayuda de los demás. Quizás dejar que nuestros vecinos en el mundo sean amables y gentiles con nosotros nos llevaría a la bendición de recordar que caminamos humildemente con Dios, sí, pero también caminamos los unos con los otros.