Las donaciones planificadas no consisten en encontrar otra forma de conseguir el dinero de los miembros de la iglesia. Es una oportunidad para que todos devolvamos a Dios aquello que Dios nos confió durante nuestra vida. También es una oportunidad para que todos fortalezcamos aún más la iglesia de Cristo para el futuro, proveyendo para el ministerio y la misión de los que vengan después de nosotros.
Todos nos apoyamos en los hombros de los que nos precedieron; seamos los hombros de los que vienen detrás.
Mucha gente cree que las donaciones planificadas son sólo para los ricos. Las donaciones planificadas son para todos. Todos tenemos algo que dar y todos podemos dejar nuestro legado. La clave del éxito de un programa de donaciones planificadas en una iglesia es asegurarse de que sus miembros sepan que la iglesia quiere y necesita que sus miembros dejen un legado de fe para el futuro. Considerar una donación planificada significa que uno está pensando en su propia mortalidad y eso no es algo en lo que a la mayoría de la gente le guste pensar. Por lo tanto, las iglesias deben mantener esta idea de dejar un legado de fe ante sus miembros para que, cuando llegue el momento y alguien esté pensando en su legado, ¡lo primero que piense sea en dejar un legado de fe!
Háganos saber si necesita ayuda adicional. Su Responsable de Relaciones Ministeriales está aquí para servirle.