9/22/2025
La viuda y el juez injusto - Avance del Leccionario de octubre 2025, Año C, Lucas 18
por el Dr. Raj Nadella
Uno de los textos evangélicos de octubre es la conocida historia de la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8). La historia destaca la perseverancia de la viuda y lo que fue capaz de lograr a pesar de las grandes dificultades que tenía en su contra. Con demasiada frecuencia, se reconoce al juez el mérito de haber superado su propensión a la injusticia y de haber hecho lo correcto. Pero, ¿tenía realmente elección? La viuda fue persistente, pero su persistencia por sí sola no consiguió que se hiciera el trabajo. Fue su ingenio lo que finalmente obtuvo los resultados deseados. El texto griego sugiere que la viuda agotó al juez con su implacable búsqueda de la justicia, pero también haciéndole ver las consecuencias de no hacer lo correcto (18:5).
La historia es conocida por lo que dice sobre los valientes esfuerzos de la viuda, pero también destaca por lo que no dice. Lucas menciona a otras personas de ese pueblo, pero dice poco sobre cómo respondieron al juez. Si el juez era ampliamente conocido por ser injusto y poco considerado con el bienestar humano, ¿alguien más trató de pedirle cuentas? Según todos los indicios, otros habitantes de la ciudad estaban en mejores condiciones que la viuda para pedir cuentas al poderoso juez. Lucas ofrece pocas pruebas de que hicieran algún esfuerzo por desafiarlo o por cambiar su comportamiento. La viuda habría sido la última persona de la que cabría esperar que pusiera de rodillas al juez injusto. Ese es el elemento sorpresa de la historia, y plantea la cuestión de cómo una viuda impotente tuvo éxito donde otros fracasaron o ni siquiera lo intentaron.
La viuda se negó a aceptar la narrativa de que los poderosos que actúan de forma injusta no pueden ser domados. Dado lo que estaba en juego para ella, no podía permitirse el lujo de aceptar las cosas como eran. Se negó a normalizar el statu quo en el que los indefensos tienen pocos recursos ante la justicia. Imaginó una realidad alternativa y creyó en su capacidad para facilitar el cambio. La viuda sólo disponía de unos pocos recursos y habilidades, pero al parecer los utilizó todos. Ejerció todas sus opciones y talentos hasta que consiguió lo que necesitaba para que su vida tuviera sentido. Cuando vemos su historia a través de esta lente, la historia de la viuda se convierte en la parábola de los talentos plenamente utilizados.

Los marginados no siempre disponen de todos los recursos para facilitar el cambio pero, paradójicamente, tampoco pueden permitirse el lujo de no perseguirlo. Su inmensa y urgente necesidad de perseguir el cambio les obliga a pensar con originalidad y a aportar todo lo que tienen.
En el Evangelio de Lucas, a menudo son las personas marginadas las que actúan de forma sorprendente y desempeñan un papel destacado en el cambio. Al principio del Evangelio, es María y no el poderoso Zacarías quien actúa de forma liberadora. Es el grano de mostaza el que se destaca como ejemplo de fe que transforma comunidades de manera profunda (13:18-21). El recaudador de impuestos ofrece la oración adecuada y tiene la disposición correcta hacia Dios y la gente (18:9-14). Los más pequeños son capaces de hacer grandes cosas o de actuar de manera profunda.
Desde sus ubicaciones marginales, los menos pueden ver cosas que otros no ven. Su condición marginal les ofrece la claridad de visión necesaria para ver las cosas de forma diferente y transformadora. Pueden vislumbrar posibilidades que muchos otros han descartado. Con demasiada frecuencia nos quedamos anclados en la tradición y en formas familiares que nos hacen normalizar el statu quo y socavan nuestra capacidad de vislumbrar nuevas posibilidades. ¿Qué hace falta para que salgamos de nuestra zona de confort y busquemos nuevas posibilidades? ¿Podemos escuchar a los marginados para ver adónde puede llevarnos Dios en esta nueva era que nos presenta demasiados desafíos?
Lucas sitúa la historia de la viuda ingeniosa en el contexto del discurso de Jesús sobre el reino de Dios. El reino de Dios llega cuando las personas se niegan a normalizar el statu quo y persiguen lo aparentemente imposible. Se hace realidad cuando se niegan a renunciar a la esperanza en medio de innumerables desafíos y se invierten en lo que persiguen. Que tengamos recursos y talentos suficientes para hacer realidad nuestros objetivos importa. Lo que importa aún más es nuestra dedicación y compromiso con la causa, así como nuestra capacidad para poner todos nuestros talentos sobre la mesa, como hizo la viuda, y actuar de forma liberadora.