7/7/2025
Las historias pueden transformar la administración de su iglesia
por Rev. Erin Dunigan

¿Cuál es tu primer recuerdo de la corresponsabilidad? ¿Qué evoca en ti la palabra corresponsabilidad?
Para muchos, la palabra evoca alegría: una oportunidad para reflexionar sobre la generosidad de Dios y todo lo que tenemos y las formas en que se nos invita a participar en el ministerio. Para otros, conlleva el peso de la obligación, un sermón sobre el dinero que se pronuncia una vez al año y que a menudo se teme.
En el Día de Aprendizaje de la Fundación Presbiteriana, celebrado el 26 de junio, la Rev. Ellie Johns-Kelley ofreció herramientas e inspiración en su presentación "Stewardship as Story: Cómo transformar las donaciones mediante el amor a la historia". Desafió a los líderes eclesiásticos a replantear la mayordomía no como una campaña de recaudación de fondos, sino como un acto alegre de contar historias durante todo el año.
Johns-Kelley es un Responsable de Relaciones Ministeriales con el Fundación PresbiterianaComo parte de su labor, trabaja con las congregaciones en cuestiones financieras y ministeriales, incluidas la administración y las donaciones de legados.
De carga a bendición
"Siempre que hablo de corresponsabilidad pienso en mi padre cuando era pequeño", comenzó Johns-Kelley. "Era hijo único y él y sus padres nunca faltaban a la iglesia, excepto un domingo al año, cuando iban en coche a ver las hojas en su máximo esplendor".
Dio la casualidad de que ese domingo al año era el día del sermón anual sobre mayordomía de la iglesia. Cuando el padre de Johns-Kelley creció y se convirtió en pastor, durante la mayor parte de su ministerio, temía dar el sermón anual sobre mayordomía. Le parecía un llamamiento centrado únicamente en el dinero. Temía que agobiara a los marginados, obligándoles a elegir entre dar a la iglesia o alimentar a sus familias.
"Mi padre siempre me contaba la historia de Jesús y su amor", dice Johns-Kelley. "La Biblia está hecha de historias. Era un gran predicador y maestro, pero para él, la mayordomía era algo aislado. No formaba parte de ella".
En su opinión, es en esta desconexión donde muchas iglesias fallan. "Si hubiera podido llegar a él antes para decirle que la mayordomía no debe ser un acontecimiento que ocurre una vez al año", dijo Johns-Kelley. "No debería ser una carga. Cuando reformulamos la corresponsabilidad para que sea una forma de contar historias, no es una obligación, sino una forma de vivir lo que estamos haciendo."
Este enfoque tiene su origen en una profunda necesidad humana. El teólogo Harvey Cox decía que todos los humanos tenemos una necesidad innata de oír y contar historias y de tener una historia con la que vivir. Como científico cognitivo Roger Schank "Los humanos no están preparados para entender la lógica: están preparados para entender historias".
Un paisaje cambiante
La necesidad de contar historias potentes en las iglesias es más urgente que nunca. En 2024, las donaciones a la religión representarán 23% del total de las donaciones benéficas en Estados Unidos, frente a 50% en 1995, según el recientemente publicado Dar EE.UU. informe. Con más de 1,5 millones de organizaciones benéficas compitiendo por ayuda, las iglesias deben articular una razón clara y convincente para que la gente dé.
"Queremos que la gente done porque cree en lo que hacemos, no por culpabilidad", afirma Johns-Kelley. Los estudios demuestran que los principales factores que influyen en la contribución de un donante son la repercusión, la estabilidad financiera de la organización y la confianza en su liderazgo.
Una historia poderosa aborda los tres aspectos. Para contar esa historia con eficacia, una iglesia debe tener primero una misión y una visión claras que sean propiedad de la congregación. Su declaración de misión articula su propósito, mientras que su visión responde a la pregunta: "¿Cómo será el futuro si se cumple nuestra misión?". Esta claridad se convierte en el fundamento de cada decisión, cada sermón y cada llamamiento.
Pasos prácticos para integrar la narración de historias en la administración
Johns-Kelley ofreció abundantes consejos prácticos para poner esto en práctica.
Cuente su historia durante todo el año: La mayordomía no es una estación; es una conversación constante. Entreteje historias del impacto de tu iglesia en todas tus comunicaciones". Enumeró las siguientes formas de compartir esas historias.
- Predicar sobre la generosidad al menos una vez al mes.
- Compartir historias breves e impactantes durante el culto como parte de un Minuto para la Misión.
- Cuente historias en línea. Utiliza las redes sociales, los boletines y los testimonios en vídeo para compartir pequeños relatos coherentes.
- Piense en llamamientos segmentados. Cuando llegue el momento del llamamiento anual, sustituya la carta "de talla única" por mensajes dirigidos a distintos grupos de su congregación.
Presentar el presupuesto narrativo: Un presupuesto por partidas es una herramienta contable. Un presupuesto narrativo es una herramienta de visión. Reformula las finanzas para que tengan que ver con el ministerio, conectando los dólares con el impacto e inspirando a los donantes al mostrarles cómo sus contribuciones marcan la diferencia.
Pasos para crear un presupuesto narrativo:
- Definir las áreas del ministerio: Agrupar los gastos en categorías generales de ministerio (por ejemplo, culto, extensión a la comunidad, educación cristiana).
- Asignar recursos: Asigne el tiempo del personal y todos los demás gastos proporcionalmente a cada área ministerial.
- Incluya el tiempo de los voluntarios: Cuantifique el inmenso valor de los voluntarios, como ujieres, miembros del coro, participantes en viajes misioneros, para mostrar el alcance total de su ministerio.
- Encuentre y cuente historias convincentes. Para cada área del ministerio, comparte una historia del año pasado que ilustre el éxito y ayude a la gente a ver que estás viviendo tu misión.
¿Quién debe contar las historias? Johns-Kelley insistió en que la narración de historias no puede dejarse solo en manos del personal.
- Pastores: Comparta su propio viaje de corresponsabilidad. "Mis padres me dijeron que damos porque formamos parte de esta comunidad y creemos en su misión y visión", afirma Johns-Kelley.
- Congregación: Invite a los ancianos, a los socios misioneros y a los miembros de los bancos a compartir historias personales de cómo Dios se ha manifestado a través de la generosidad de la iglesia.
Da las gracias con historias: La gratitud es una de las herramientas más poderosas para contar historias. En lugar de enviar un simple resumen de donativos una vez al año, envíelo trimestralmente. Incluya una carta que comparta historias de lo que ha sucedido en la vida de la iglesia en los últimos tres meses. Hágalo personal.
"Cuanto más demos las gracias y seamos capaces de ayudar a la gente a ver cómo sus donativos marcan la diferencia, más importantes les parecerán", aconseja Johns-Kelley. Haga que los mayores escriban notas de agradecimiento personales. Preste especial atención a los que dan por primera vez o a los que han vuelto a dar después de mucho tiempo.
Las claves del éxito
En última instancia, la administración transformadora consiste en un cambio fundamental de perspectiva. No se trata de cumplir un presupuesto, sino de responder a la gracia de Dios. No se trata de nosotros, sino de unirnos a la obra de Dios en el mundo.
Las claves, concluyó Johns-Kelley, son:
- Oración
- Celebración del ministerio único de su iglesia
- Visionario
- Comunicativo con mensajes personalizados
- Inclusivoen el que participan muchos narradores
- Invitar ano amenazante
Al adoptar la corresponsabilidad como un acto de narración, Johns-Kelley dice que podemos ir más allá de la obligación y la culpa e invitar a nuestras congregaciones a una asociación alegre y generosa en la misión que Dios nos ha dado.